¿Cómo es una sesión psicoterapia?
Aunque cada sesión es única, todas ellas se basan en un saber técnico común, en el que a medida que se profundiza en el conocimiento del mundo intrapsíquico del consultante, se va adaptando a sus marcos de referencia. Así en vez de tratar de modificar las creencias de las personas, lo que se busca es que cada una de ellas pueda actualizar los procesos con los que comprenden su propia mente y atribuyen estados mentales a las demás personas, incluyendo con ello la relación entre pensamientos, sensaciones y emociones.
Para ello es importante realizar un trabajo colaborativo, lo que significa que el verdadero experto del mundo interior del individuo que acude a las sesiones no es el psicólogo, sino el propio individuo, quien, con la facilitación del profesional, tendrá la oportunidad de dar sentido a sus propias vivencias. Con todo ello, el profesional tratará de comprender tanto el mundo interior del consultante, como su contexto, con curiosidad y sin ningún tipo de juicio. Muchas veces el resto del mundo o nosotros mismos ya nos hemos encargado de criticarnos lo suficiente en nuestro día a día, así que lo que aquí se trata es de comprender más que judgar, en un ambiente seguro y de confianza, con carácter confidencial.
Quien acude a psicoterapia es quien marca el ritmo de las sesiones, aunque el psicólogo ayudará a mejorar el ajuste entre la necesidad de progresar y la velocidad adecuada. Para ello se utiliza el principio de los márgenes de tolerancia, en el que se describe como lo ideal en un proceso terapéutico es que la activación emocional de los participantes sea la suficientemente alta para que haya una asimilación de los procesos, pero que dicha activación no supere el umbral que promueva el desbordamiento emocional de la persona, ni se mantenga demasiado bajo impidiendo de esa manera que haya alguna asimilación de dichos procesos.
En general, las tareas de psicoterapia incentivan la conciencia personal, corporal y social, mediante la elaboración de narrativas que ofrezcan significados a las experiencias vividas o actuales y la observación de la relación entre pensamientos sensaciones corporales y emociones. De este modo, podremos permitirnos desbloquear patrones antiguos de funcionamiento y encontrar nuevas soluciones a problemas viejos.
Se trata de dar sentido y reformular preguntas como ¿por qué siempre me pasa lo mismo? ¿Por qué siempre me dejan? ¿Por qué siempre se aprovechan de mí? ¿Por qué nunca termino lo que empiezo? De este modo, por ejemplo, uno podría comprender que no siempre deja las cosas sin terminar, o que el hecho de no terminar algunos de sus proyectos podría haberle sido útil para protegerse de posibles “fracasos”. En todo caso, cada persona podría tener sus propios motivos, conscientes o no. Al comprender para qué nos han servido o de qué nos protegen nuestros propios patrones de funcionamiento, podremos tomar consciencia de sus procesos para dejar de autoperpetuarlos.
En ocasiones puede surgir un sentimiento de que algo no va bien en uno mismo y más gente de lo que podría parecer tiende a pensar eso de “no soy normal”. Las normas sociales son útiles para tener una experiencia compartida mas satisfactoria para la mayoría dado un contexto cultural. El problema viene cuando la norma social se mezcla con el conflicto de intereses (medios publicitarios, política etc.), patrones rígidos de comportamiento y el control o la falta de herramientas para responder a determinadas peticiones. La complejidad y variabilidad humana no tiene límites y, en ocasiones, la norma social contradice a la ética personal causando el dilema entre responder complaciendo a los demás evitando la posible confrontación o seguir nuestras propias reglas de conducta y causar el rechazo de los que nos rodean.
Tanto seguir nuestras propias reglas o comportarse según la norma social a pesar de no estar de acuerdo, puede contribuir a nuestro malestar a corto o largo plazo de una u otra manera. No se trata de polarizarse en una u otra estrategia, sino de fomentar una postura flexible y conciliadora, pero firme si fuera necesario. Es importante expresar las necesidades propias y comprender las de los demás para crear espacios de confianza y respeto. Esto no siempre es sencillo y requiere de paciencia, capacidad de gestión emocional, tolerancia y asertividad, aunque no siempre sea posible el acuerdo.
En Zentzu no damos fórmulas mágicas, fomentamos el autodescubrimiento y la generación propia de estrategias de afrontamiento. El terapeuta reformula, pregunta, acompaña, conecta, y en ocasiones ofrece recursos adaptados a las necesidades de cada persona (psicoeducación). No prometemos cambios rápidos ni bienestar a corto plazo. La psicoterapia es una herramienta que promueve la conexión profunda con la naturaleza de la psique, permitiendo liberar miedos, restaurar lazos o resignificar sucesos adversos. Tu construyes la mejor versión de ti mism@, la transformación del mundo comienza en cada un@ de nosotr@s.